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Un nuevo comienzo

A lo largo de los años, el Mesón se ha mantenido fiel a sus raíces familiares. Toni y Nieves, los padres de la actual generación, continuaron el legado con la misma dedicación y amor. Toni, conocido por su carisma y hospitalidad, y Nieves, con su habilidad en la cocina, hicieron del mesón un lugar querido por todos. La historia de amor de Toni y Nieves también comenzó en el mesón, cuando Nieves, que había venido de Madrid, decidió quedarse en Alicante para formar una familia.

En 1991, un desafortunado derrumbe en el edificio original obligó al Mesón a mudarse a su ubicación actual. A pesar de los desafíos, la familia mantuvo viva la esencia del Mesón, y la tradición continuó con la misma pasión y compromiso. Hoy en día, Raquel, la nieta de Pepe y María, dirige el Mesón con el mismo espíritu familiar y la misión de ofrecer una experiencia gastronómica única. Raquel ha tomado el relevo de sus padres, aportando su toque personal pero siempre manteniendo la esencia y la calidad que han caracterizado al Mesón de Labradores durante décadas.

En el Mesón de Labradores, nos enorgullece servir platos caseros como nuestros famosos arroces, calamares a la andaluza, ensaladas de salazones, y nuestros míticos montaditos «Chupi Chupi». Además, nuestra filosofía se centra en la familiaridad y la hospitalidad, asegurándonos de que cada cliente se sienta como en casa. Con un equipo dedicado y la esperanza de que la próxima generación continúe con el legado, seguimos trabajando con humildad y pasión para ofrecer lo mejor de la cocina tradicional alicantina.

Un poco de nostalgia

Nuestra Historia

Desde su fundación en 1960, el Mesón de Labradores ha sido un pilar de la gastronomía alicantina, ofreciendo un rincón acogedor para disfrutar de la cocina casera más auténtica. Esta tradición culinaria comenzó con Pepe, conocido cariñosamente como «Pepe Pagabien» o «Pepe el Guapo», y su esposa María. Emprendedores y apasionados por la buena mesa, Pepe y María trasladaron su experiencia y amor por la cocina murciana a Alicante, donde establecieron un bar que rápidamente se convirtió en un punto de encuentro para la comunidad.

Pepe y María llegaron de Murcia con sus cinco hijos, y aunque Pepe había trabajado en una pastelería, decidió apostar por un negocio propio. Con su espíritu emprendedor, Pepe convenció a María de abrir un bar murciano, aprovechando su habilidad en la cocina y su conocimiento de antigüedades. El Mesón de Labradores comenzó a tomar forma, convirtiéndose en un lugar donde amigos y familias podían reunirse para disfrutar de comidas caseras y auténticas.

3ª y 4ª generación

Hoy en día, el Mesón de Labradores sigue prosperando bajo la dirección de Raquel, la nieta de los fundadores Pepe y María. Con su compromiso y su pasión por la cocina, Raquel ha mantenido viva la esencia del mesón, aportando su toque personal sin perder las raíces que han hecho de este lugar un favorito en Alicante. Junto a ella, su hijo Mariano representa la cuarta generación al frente del negocio. Mariano, con una visión fresca y moderna, trabaja codo a codo con Raquel, asegurando que las tradiciones familiares continúen mientras incorpora nuevas ideas para atraer a las futuras generaciones. Juntos, Raquel y Mariano combinan experiencia y modernidad, garantizando que el Mesón de Labradores siga siendo sinónimo de calidad y autenticidad.

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